Cuando el estrés nos invade, el tiempo se vuelve denso, el cuerpo pesado y la lógica no opera de la manera correcta.
La genial Joan Didion expresa a la perfección como nos sentimos tras un evento traumático en su “año del pensamiento mágico” en el que narra su sentir después de la repentina muerte de su marido:
“Descoloca las cosas que tenemos muy adentro, desencadena unas reacciones que nos sorprenden y que pueden liberar recuerdos y sensaciones que creíamos olvidados largo tiempo atrás. Sensaciones de angustia somática que se representan con la sensación de tener un nudo en la garganta, dificultad para respirar, necesidad de suspirar y una sensación de vacío en el abdomen, falta de potencia muscular, sensación de angustia que se describe como tensión o dolor mental”.
Ese tiempo entre la muerte y el duelo que no suele durar más de dos días en la sociedad occidental —morgue, tanatorio, funeral— se extendió durante tres meses, con sus minutos, horas y días. Tiempo en el que construyó ese pensamiento mágico en el que esperaba que John -su marido- abriera en cualquier momento la puerta.
¿Qué sacó a la Didion de la cárcel de su mente sumida en el dolor? La escritura.
Escribir es terapéutico, tal y como te cuento en mi libro Estimula tu nervio vago:
“Escribir nos ayuda a volcar en el papel todo el peso de nuestra cabeza. Sirve para ordenar nuestros pensamientos, hacernos conscientes de lo que pensamos y sentimos e impulsarnos a soltar y dejar ir. Usa el lápiz para escribir tus pensamientos dejando que fluyan con libertad, que se desparramen en el papel sin filtros, juicios ni restricciones. Permite que tu subconsciente se exprese sin barreras para que se convierta en consciente y puedas librarte del peso que te oprime”
Dedica todos los días unos instantes a escribir con libertad y notarás la diferencia que cinco minutos diarios pueden tener en tu bienestar .
No quiero dejar escapar la oportunidad de agradecer profundamente a todas las personas que me acompañaron esta semana en la presentación de Estimula tu nervio vago en la librería Picasso de Granada. Muchas me comentasteis que sois lectores de esta newsletter, algo que me hizo muy feliz. El cariño que recibí es indescriptible y me hizo sentir muy afortunado.
También me gustaría contarte un pequeño gran momento que ocurrió durante la presentación. Mientras yo comentaba cómo el hogar va más del sentimiento que impregna un lugar que de ese lugar en si, y cómo la buena compañía hace hogar de cualquier lugar, en ese momento, dos manos se hicieron una, entrelazandose en una promesa tácita: allí donde las palabras no alcanzan, los hechos manifiestan. Esas manos, de dos personas allí sentadas, explicaron más en silencio que toda mi disertación.
P.D. Ahora que se acercan las fechas, recuerda que un libro siempre es un gran regalo.
¡Bravo!!! Antonio como siempre agradecido por tus mensajes, #ABRAZOROMPEHUESOS desde Caracas Venezuela, haré todas las diligencias posibles por obtener tu nuevo libro.
Pienso que un libro ( como el tuyo 😊 ) es el mejor de los regalos!!