Si me conoces, sabrás que me encanta la mítica frase que Edward O. Wilson pronunció al final de una entrevista en 2009 para Hardvard Magazine:
“Tenemos emociones del Paleolítico, instituciones medievales (yo añadiría comida industrial) y tecnología propia de un dios. Y eso es terriblemente peligroso”.
En los caracteres de un tuit hizo el diagnóstico más acertado sobre la humanidad que se ha hecho.
Evolutivamente las emociones hacían de sistema operativo que nos permitía sobrevivir en un ambiente hostil.
En nuestro pasado paleolítico, la información de dónde se encontraba una higuera cargada de suculentos higos, si bien era muy importante, resultaba menos relevante que el hecho de que estuviera rodeada por una manada de hienas hambrientas.
Por ambas razones, lo negativo nos atrae como un mecanismo de defensa y despierta en nosotros nuestros sentimientos más primitivos. Los medios lo saben y por eso, en su afán de mantener nuestra atención secuestrada, nos muestran sin descanso toda la ponzoña de nuestra sociedad.
En el mismo sentido estarían aquellos familiares que en las reuniones no dudan en hacerte ver lo desmejorado, bajo su criterio, que luce tu aspecto. Enfatizan aquellos rasgos que se escapan de lo normativo, elevándolos a la categoría de defecto, como si existiera una especie de manual de cómo debería ser la imagen de una persona.
Otro ejemplo lo tenemos en cómo no dudamos en poner una mala valoración en el restaurante donde nos han tratado mal, pero "olvidamos" valorar con 5 estrellas aquellos lugares que nos hacen sentir en casa.
Ains... las dichosas estrellitas.... si te paras a pensar, qué ridículo resulta que nuestro comportamiento se vea condicionado porque un desconocido (con su modus vivendi) haga click en unas determinadas estrellas. ¡Cúantos rincones mágicos nos habremos perdido buscando ese lugar tan bien valorado, y tan bien abarrotado!
Hablando de valoraciones "random", qué curioso resulta el hecho de que, instantes después de la publicación de mi nuevo libro "Estimula tu nervio vago", ya tuviera varias "1 estrella". Imagino que serán de personas tan hiperinteligentes que leen a una velocidad súper sónica, a las que mi humilde intelecto les ha sabido a poco. Imagino ésto porque no quiero pensar en otros motivos. Aunque ¿sabes?, si te soy sincero, me da absolutamente igual. Estoy tan contento de cómo ha quedado mi libro que ya me he desligado del resultado, me he enamorado del proceso.
Cuando transitas hacía el ser, lo que digan de tu hacer te resulta indiferente.
Dicho esto, si has leído a mi vago y te ha gustado... 5 estrellitas en Amazon y, sobre todo, unas palabras bonitas alegrarán a mi corazoncito.
¿Me contradigo? Parafraseando al gran Walt Whitman, en su Canción sobre mí mismo.
¿Me contradigo?
Muy bien entonces me contradigo,
(Soy inmenso, contengo multitudes).
Con cariño.
Antonio.
Antonio, tiene la capacidad de explicar cosas técnicas y complejas para que todos los de apie podamos aprender, conocernos y mejorar nuestras vidas.
Fantástico que incluye muchas recomendaciones prácticas, que si las aplicas, mejoras tu calidad de vida. Por experiencia propia, te recomiendo este libro de esta gran autor y grandísima persona .
A ver si esta vez lo publican.
Menos no puedo decir he intentado ser poco efusiva.
Más allá de las estrellas de Amazon, merecidisimas, decirte que eres una persona ⭐💫 en mi vida, agradecerte todas tus colaboraciones, charlas, libros , aportaciones porque tienen un valor incalculable para mí . Metanoia, la combinación Antonio & Noelia Romero me tiene cautivado el corazón.
No me puedo permitir un coach. Pero si he sido capaz de hacer sentadillas en el trabajo , subir las escaleras corriendo, salir a desayunar al sol . Me retais me motivais y ampliais mi felicidad y bienestar. Perdón por mi efusividad pero es que me aportáis mucho. Y os estoy inmensamente agradecida de corazón ❤️❤️❤️❤️❤️
Hay veces que es conveniente seguir alguna estrella...como por ejemplo la tuya!!