Ordenando mis libros (una misión imposible y una historia interminable) encontré uno que hacía años que no veía. Al cogerlo entre mis manos, la historia por la que llegó a mi vida se tejió entre mis neuronas.
Hace bastantes años, caminaba hacía mi trabajo como fisioterapeuta en el Hospital de la Salud. No era una tarde cualquiera, me encontraba muy triste, con un nudo en la garganta y una pesada carga sobre mis hombros. Momentos antes y tras una tensa conversación, mucho trabajo, dinero e ilusiones se habían ido al traste, y con ellas, lo que más me dolió, una gran amistad.
En ese momento, en el que me encontraba roto y abatido, un sms (ya te advertí que esta historia ocurrió hace años) llegó a mi móvil. En él rezaba la siguiente frase:
No hay árbol que el viento no haya sacudido.
Este antiguo proverbio hindú me lo había enviado un ser mágico y muy querido. Mi gran maestro de acupuntura, el sabio malagueño, Manuel Palomo.
Sin habérselo pedido, sin haberle dicho nada, él que se encontraba lidiando con un cáncer supo decirme las palabras que más necesitaba en aquellos momentos.
Imaginar su voz mientras leía sus palabras, me sirvió para hacer un click en mi mente y empezar a verlo todo como una enseñanza más que como una condena.
Nunca supe el “cómo” de aquellas palabras. Al preguntarle sobre ello, Manolo me contestó:
“Cuando todo se derrumba”
El título de unos de los libros de Pema Chödrön, una obra maestra cargada de palabras sabías para momentos difíciles. El libro que tanto me ayudó y con el que me reencontré el otro día, después de años esperando en mi estantería.
Querido Manolo, lanzo estas palabras al Universo con la certeza de que allá donde estés, te llegarán y sabrás que, después de tantos años, perduras muy vivo en mi mente (y a partir de hoy en las miles de almas que cada semana me leéis). Que la mayoría de las cosas que me contaste en mis sesiones de pulsología se están cumpliendo y las que no, es que aún estarán por venir.
Pero estas líneas no solo van dedicadas a mi maestro, también son para ti, mi querida persona especial que comparte un pedacito de sus domingos conmigo. Recuerda que no hay árbol que el viento no haya sacudido. Al fin y al cabo, cuando todo se derrumba, es el momento ideal para construir algo mejor y más especial que lo derruido.
Con todo mi cariño.
Antonio.
P.D. Semanas atrás, te escribía sobre otro árbol al que, irónicamente, el viento derribó. En aquel momento te pedí que no compartieras aquella historia. Hoy, en cambio, te pido que no dejes de compartirla a todas las personas que creas que les pueda ayudar. Quien sabe, lo mismo sus mentes hacen “click”, como en aquel momento lo hizo la mía.
Antonio, nunca he escrito un comentario y ni siquiera sé muy bien como he llegado a suscribirme a tu newsletter. He de confesar que ni siquiera leo todas, pero tras la publicación de la de hoy me he decidido a comentar las sincronicidades con algunas de tus últimas publicaciones... Hace justo dos meses murió mi marido, así de repente, como el árbol caído que comentaste hará una semanas... 'Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a tí, que eres la única persona del mundo a quien jamás ocurrirán esas cosas...' me dio un vuelvo el corazón..'. Describía exactamente cómo me sentía... Como si alguien o algo me hubiera robado mi árbol, mi apoyo,... Un domingo cualquiera, sin preámbulo, ni despedida..., como aquel árbol que describías, desapareció.. En un instante todo cambia, la vida como la conocías se esfuma... El era un gran amante de los árboles, de los bosques autóctonos, de su belleza, su utilidad, su resistencia... Le gustaba observarlos, tocar su corteza, fotografiar sus liquenes o los rayos del sol filtrándose por las hojas...
Una amiga me regaló el libro 'cuando todo se derrumba' hace unas semanas, su lectura me está sirviendo para encontrar algo de alivio... Y hoy cuando he leído tu newsletter un nuevo vuelco al corazón... Gracias por estar, por escribir, por ser vehículo e instrumento de ideas y sentimental que nos llegan, que nos sirven, que nos consuelan...
Tempus fugit
Seguro que Manolo estará muy orgulloso de ti! Pues para mí te has convertido en un gran maestro! Cuando necesito palabras de aliento aparece tu voz en mi cabeza! Gracias Manolo por tu excelente trabajo y gracias a ti Antonio por compartir este precioso recuerdo!! Un abrazo grande!!🙏🙏