Meditar es llevar la mente a casa
Sogyal Rimpoché
La historia que leerás hoy te la cuento desde una de mis plazas favoritas de Granada, sentado en un banco en la tarde de mi cumpleaños.
En realidad hoy voy a compartir contigo unas notas tomadas de varias charlas y formaciones, así como algunas reflexiones de cosecha propia. Espero que te gusten y te ayuden.
Es posible que pienses que la meditación es genial, pero que ya te faltan horas en el día como para ponerte a «no hacer nada». Si eres de los que piensan así, te voy a responder con una de mis frases favoritas de uno de mis referentes, el inversor y empresario Naval Ravikant: «Si crees que no tienes tiempo para meditar, deberías hacerlo el doble.
Numerosos estudios han demostrado que la meditación disminuye el estrés, la ansiedad, la depresión, incluso el dolor crónico, mejora la capacidad de concentración, la claridad mental y así un largo etcétera.
Esto se debe, a grandes rasgos, a que la meditación resetea áreas cerebrales importantísimas como la corteza prefrontal, la ínsula, la corteza cingulada anterior y la amígdala (en estímula tu nervio vago profundizo en todas ellas).
La meditación es un combate con uno mismo.
Pablo D'ors
Los secretos y las mentiras no suelen ser buenos compañeros en el viaje de nuestra vida y mucho menos cuando nos engañamos o nos escondemos verdades a nosotros mismos. Meditar es sincerarse con uno mismo y justo por eso es tan duro pero tan liberador. Observar de forma ecuánime -sin juicios de ningún tipo- lo que nos muestra nuestra mente, atendiendo a lo que siente nuestro cuerpo.
Tendemos a pensar que ignorar, reprimir, negar lo que pensamos y sentimos hace que desaparecezca, nada más lejos de la realidad. Carl Jung decía que “lo que niegas te somete; lo que aceptas te transforma” y tenía toda la razón.
Según los estudios observar-sin juzgar- nuestro dolor (sea del tipo que sea), atenderlo, darle su sitio, lo reduce; por el contrario, negarlo o ignorarlo lo aumenta.
Meditar es observar desde el aquí y el ahora, dejar que vengan los pensamientos pero no perseguirlos ni aferrarnos a ellos, dejarlos libres para que se vayan.
Es una lucha entre lo voluntario e involuntario, es exponerte a ti mismo, supone dirigir voluntariamente hacia donde yo quiero.
Algunas formas de meditación:
La respiración consciente: Tomar conciencia plena de nuestra respiración, centrar toda nuestra atención en ella, conectando con el momento presente y con nosotros mismos. Es muy sencillo, sólo tienes que cerrar la boca e inhalar aire por la nariz, sentir cómo el aire fresco expande tus pulmones, cómo se expanden tus costillas. Cuando termines de inhalar, haz una breve pausa. Luego exhala despacio, también por la nariz, sintiendo la calidez del aire que sale de tu cuerpo. La consciencia que aporta concentrarnos en nuestra respiración, con la mente atenta sólo al ejercicio que estamos realizando, es una poderosa meditación.
Una práctica de meditación muy sencilla y efectiva es el body scan, que podríamos resumir en «siéntate y siéntete». Es una técnica genial para reconectar con tu cuerpo que puedes hacer tanto sentado como tumbado. Simplemente implica tomarnos un tiempo para hacer un barrido atencional por todo nuestro cuerpo, prestando atención a cada una de las partes, como si te enfocaran con una linterna que recorre desde los pies hasta la cabeza, poniendo consciencia en cada uno de los puntos que componen nuestra estructura corporal. Debes esforzarte por percibir las sensaciones del cuerpo; sentir el contacto con el suelo, la silla o la ropa; sensaciones de frío, calor, hormigueo o la ausencia de ellas; si estás tenso o relajado; si notas alguna parte de tu cuerpo encogida o incómoda o algún tipo de tensión o de molestia.
También puedes hacer una meditación dirigida a reflexionar sobre necesidades emocionales humanas como amor y compasión, gratitud, paz, perdón, etc. Dedicar unos minutos al día a reflexionar sentirte conectados a otras personas (recuerda el estudio de la felicidad de Harvard del que te hablé unas newsletter atras), a sentirte agradecido con lo que tienes y con lo que aportas a los demás o, porqué no, a perdonar. Todo es medicina para nuestro espíritu.
Otra forma de meditación sería la visualización: imaginar como sería tu día perfecto o tus logros del futuro, siempre desde la gratitud hacia lo que ya tenemos y desde una perspectiva realista basada en lo que haces en el presente para alcanzar ese futuro que deseas.
Estas prácticas pueden convertirse en los 10-15 minutos mejor invertidos del día, ya que no sólo calma la mente, sino también el cuerpo.
Meditar no tiene porqué ser algo místico, tampoco se trata de dejar la mente en blanco. Es un estado en el que se presta atención, sin juzgarlos, a los contenidos de tu consciencia: pensamientos, sensaciones, emociones. Para que no caigas en la parálisis por análisis, te recomiendo que empieces desde ya con las meditaciones guiadas que puedes encontrar en YouTube o en apps como Bambú. Antes que sentarnos solos a meditar, es mejor tener una voz que te guíe al principio, te diga en qué enfocarte y te recuerde poner atención cada vez que tu mente se vaya por las ramas.
Es muy posible que durante la práctica de la meditación te sorprendas a ti mismo distrayéndote , es muy fácil que tu mente se vaya “a por uvas”. No te preocupes, lejos de ser malo, esto es tremendamente beneficioso. Lo más potente de la meditación es darnos cuenta de que nos hemos distraído. A veces, la mente se va tanto que es difícil darnos cuenta de que nos hemos distraído. Cuanto más meditas más consciente eres de lo que te distraes.
Por último, ten presente que la meditación no sirve de nada si no cultivamos la consciencia en nuestro día a día. Ser conscientes de que vivimos dominados por impulsos, observar con ecuanimidad nuestras emociones -cuando estamos tristes, alegres, enfadados, etc- es otra forma de meditar. Al igual que bailar, cantar e incluso fregar los platos, siempre y cuando lo hagas de forma consciente.
Por cierto, una de mis meditaciones preferidas es la meditación dinámica, lo mismo te hablo de ella más adelante o… te lo lees en “estimula tu nervio vago” 🤣🤣🤣🤣.
P.D Posiblemente cuando leas esta newsletter, me pilles terminando de hacer la maleta. Marcho para Buenos Aires 😍, un viaje que me hace tremenda ilusión, no solo por visitar esta maravillosa ciudad, si no por el motivo: grabar varios podcast con personas increíbles, varias entrevistas con medios muy prestigiosos y, sobretodo, una charla en una librería preciosa con todas aquellas personas que quieran acompañarme.
Si estás por allí el martes 19 de Noviembre a las 18.30 y te apetece un abrazo grande, no dudes en venir a verme.
Mil gracias.
Con cariño.
Antonio.
Que curiosa es la vida, cada vez estoy más convencida que todo pasa por algo y que las casualidades no existen y que son las causualidades las que sí que existen. Llevo mucho tiempo diciéndome a mi misma que debo meditar diariamente pues sólo lo hago de tanto en tanto y no he adquirido este hábito aún. Pero hoy domingo me levanté pensando que tenía que buscar un momento para meditar y justo me llega tu newsletter para recordarme la importancia de meditar cada día y hacerme ser consciente que debo incorporarlo en mi día a día sí o sí, que se tiene que convertir en mi anclaje para poder parar de esta vida tan frenética que llevamos y dedicarme un momento. Como siempre gracias por compartir con nosotros tus escritos. Feliz viaje!
Ay Antonio, yo soy afectada de TOC. Me gusta mucho leerte y aprender contigo pero a la vez, me siento mas nerviosa porque no puedo controlar mis nervios y ahora se que el cortisol es lo peor para mi salud. Llevo en terapia toda mi vida y aun me cuesta horrores controlar mis nervios por mi toc. Ojala pudieras hacer un libro o un podcast sobre ello. Abrazo grande!