«Es preferible ser viejo menos tiempo que serlo antes de la vejez.»
Cicerón.
El otro día, mientras escuchaba uno de mis podcast favoritos, Lo que tú digas, de Álex Fidalgo, salió a relucir De Senectute, una de las obras más célebres de Cicerón, uno de los grandes exponentes de la retórica en la Roma Antigua. Sus reflexiones en "Sobre la vejez" son súper atemporales y pensé que podríamos extraer unas cuantas "leyes" o principios para un envejecimiento saludable, mezclándolas con tu enfoque evolutivo y de salud integral. Espero que te guste.
Hay vejeces que parecen naufragios, otras que son puertos tranquilos, incluso otras en las que aún se surfean las olas. La diferencia no la marca el azar ni la genética, sino la forma en que hemos vivido. Cicerón, hace más de dos mil años, escribió un tratado llamado De Senectute (Sobre la vejez), en el que no solo defendía la dignidad de envejecer, sino que ofrecía una serie de leyes internas y externas para hacerlo con gracia, sentido y salud.
Hoy, entre la medicina evolutiva, la neurociencia y la filosofía práctica, muchas de sus ideas cobran un nuevo sentido. Quizás no hemos cambiado tanto. Quizás el secreto para envejecer bien no esté en Silicon Valley, sino en una antigua biblioteca romana.
Las leyes del alma para una vejez luminosa
1. La sabiduría como músculo que crece con los años
“Los placeres de la juventud se desvanecen con la edad, pero los de la sabiduría se intensifican.”
El envejecimiento puede ser una decadencia… o una alquimia. Cicerón nos recuerda que, aunque perdamos fuerza física, podemos ganar claridad, perspectiva y propósito.
La longevidad no es retener la juventud, sino activar la sabiduría. La plasticidad cerebral, el aprendizaje continuo y el propósito son claves evolutivas del envejecimiento saludable.
2. La vejez no es un naufragio, sino una cosecha
“La vejez no es un naufragio, sino un puerto si se ha navegado bien.”
Si has vivido con templanza, vínculo, movimiento y significado, la senectud no es una amenaza: es una plenitud. Un otoño fértil antes del invierno.
Si has sembrado salud mitocondrial, relaciones profundas y hábitos ancestrales, la vejez puede ser una fase de plenitud.
3. Las fuerzas espirituales pueden crecer cuando las físicas menguan
“La naturaleza ha dispuesto sabiamente que cuando se apagan nuestras fuerzas físicas, aumenten las espirituales.”
Cuando el cuerpo pierde fuerza, el alma puede ganar profundidad. Crece la espiritualidad, la comunidad, la contemplación, el cuidado, la pausa. El cerebro social se convierte en cerebro compasivo.
Dicho hecho esto, recuerda que “lo que no usas lo pierdes”, no dejamos de movernos porque nos hacemos viejos, nos hacemos viejos porque dejamos de movernos.
4. La salud no es fuerza, es coherencia
“No se debe vivir según la fuerza del cuerpo, sino según la fuerza del alma.”
La verdadera fortaleza no se mide en músculos, se mide en coherencia. Tener propósito, cultivar gratitud, caminar con coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. La longevidad no es solo cuestión de telómeros: es de sentido.
5. Una vida bien vivida allana la vejez
“Nada puede hacer más llevadera la vejez que una vida bien vivida.”
Cada hábito deja huella. Cada gesto cotidiano es una inversión a largo plazo. La senectud no se improvisa: se siembra.
La senectud es la cosecha. Si tu vida ha estado llena de hormesis, vínculos y sentido, la vejez no da miedo: da fruto.
Hábitos antiguos para longevidades modernas
6. Moderar los placeres y los vicios
“La templanza y la moderación en todos los placeres son el mejor alimento de la vejez.”
La dopamina sin freno envejece el sistema nervioso. El autocontrol es longevidad. La sobriedad es medicina.
La longevidad requiere un sistema nervioso regulado, no crónicamente excitado.
7. Comer menos, digerir mejor
“La vejez se sostiene mejor con una dieta ligera que con una abundante.”
Ayuno intermitente, restricción calórica, digestiones ligeras. La flexibilidad metabólica no solo previene enfermedades: da ligereza vital.
El cuerpo envejece mejor sin sobrecarga digestiva.
8. Mantenerse activo, también por dentro
“La vejez puede mantenerse activa si el espíritu no se entrega a la pereza.”
Ejercicio físico. Caminar (mejor rápido). Enseñar. Aprender. Pensar. Leer. La salud no es quietud, es movimiento adaptado. El cuerpo pide ritmo. El alma, dirección.
Conviértete en un flâneur longevo, él que no se jubila del asombro.
9. Cuidar los vínculos como medicina preventiva
“Nada en la vida es tan grato como la amistad; ni siquiera la juventud.”
La soledad mata más que el colesterol. La oxitocina (la hormona del vínculo y el contacto) es antiinflamatoria. Envejecer acompañado es vivir dos veces.
Envejecemos mejor cuando no lo hacemos solos.
Quizás la vejez no sea una pérdida, sino una revelación. Cuando se apagan el fuego de la juventud, quedan las ascuas de lo esencial.
Y tú, ¿cómo estás sembrando tu otoño?.
Forever Young – Bob Dylan
(Traducción al español)
Que Dios te bendiga y te guarde siempre,
que tus deseos se hagan realidad,
que siempre hagas por los otros
y dejen los otros hacer por ti.
Que construyas una escalera hacia las estrellas
y subas cada peldaño.
Que permanezcas para siempre joven,
para siempre joven, para siempre joven,
que permanezcas para siempre joven.
Que crezcas para ser justo,
que crezcas para ser sincero,
que siempre sepas la verdad
y veas la luz que te rodea.
Que siempre seas valiente,
permanezcas firme y fuerte.
Que permanezcas para siempre joven,
para siempre joven, para siempre joven,
que permanezcas para siempre joven.
Que tus manos siempre estén ocupadas,
que tus pies siempre estén ligeros,
que tengas una base fuerte
cuando soplen los vientos del cambio.
Que tu corazón siempre esté alegre,
que tu canción siempre sea cantada.
Que permanezcas para siempre joven,
para siempre joven, para siempre joven,
que permanezcas para siempre joven.
P.D. He compartido nueve máximas de Cicerón para una vida mejor, la décima que sea de tu propia cosecha.
P.D.2 No tengo palabras para agradecer todo el cariño recibido en el pasado Sant Jordi. No sabéis la ilusión que me hacía cada vez que me decíais que esperabais con ilusión cada semana recibir una nueva Entropía. Gracias con toda mi alma.
Mantener el ego a raya para no querer tener más! Si no sentir más, agradecimiento, amor, admiración, contemplar esos pequeños momentos dorados que nos llenan el alma y el corazón, esta podría ser la décima!🤗 gracias Antonio por esta maravillosa newsletter!!❤️🔥🙏🙏
Estoy en los 64,feliz como nunca lo he sido. Aplico sin saberlo las leyes de Ciceron.
La última seria para mi tener un propósito.