"Dios me salvará"
Un hombre, tras una inundación ocasionada por unas lluvias torrenciales, quedó sólo y totalmente aislado en lo alto del campanario de la iglesia
El hombre era un devoto religioso y, en su fe, estaba convencido que Dios le salvaría.
Paso toda la mañana esperando y por la tarde se acercó una barca:
—¡Oiga! —le gritaron desde la barca— Suba que le llevamos.
—No, gracias... Estoy seguro que Dios vendrá a salvarme.
—¿Está seguro?
—Si… váyanse tranquilos , que Dios acudirá en mi ayuda.
El hombre continuó esperando toda la noche en el campanario y al día siguiente se acercó una lancha:
—¡Oiga!... ¡Usted, el del campanario!... Venga con nosotros que lo llevamos.
—No, no hace falta... Soy muy devoto y seguro que Dios me salvará.
—¿Está usted completamente seguro?
—Si… Estoy seguro... Dios me salvará.
Pasó la mañana de ese día esperando, y por la tarde llegó un helicóptero de rescate:
—¡Oiga! ¡Señor!... ¡El del campanario!... ¿Necesita ayuda?...
—No, gracias... Yo confío plenamente en mi Dios salvador
En la noche volvió a diluviar, las aguas alcanzaron el campanario y nuestro amigo terminó ahogándose.
Cuando llegó al cielo, se encuentró con Dios y le dijo completamente desconsolado:
—¡Dios mío! ¿Por qué no me has ayudado?... ¿Por qué permitiste que me ahogara si yo siempre he sido un gran devoto tuyo?...
—¿Qué no te he ayudado? —replicó Dios— Pero si te mandé una barca, una lancha, y un helicóptero...
La vida nos manda señales desde los caminos más insospechados, aprender a reconocerlas e interpretarlas a tiempo forja en buena medida nuestro destino. Tendemos a pensar que el devenir de nuestra vida depende de “un gran momento”, pero lo cierto es que es una sumatoria de “pequeños grandes momentos”.
Como decía Steve Jobs, en su mítico discurso de Stanford “No se pueden unir los distintos puntos mirando para adelante; se pueden unir únicamente mirando hacia atrás. Así que deben confiar que de alguna manera los puntos se unirán en el futuro”.
Tenemos que confiar en el destino pero siendo conscientes de que, en buena medida, nuestro futuro depende de las decisiones que tomamos en el presente.
Decidir:
Concentrarte en lo que importa en vez de perderte en distracciones vacías.
Aprender en vez de consumir contenido vacío.
Nutrirte en vez de consumir calorías vacías.
Buscar tu tribu en vez de rodearte de personas vacías.
Sumar en vez de restar.
Pero tampoco te obsesiones con la ultra-productividad… no te olvides de disfrutar de ,como mi querida Noelia Romero llama, los momentos dorados. Justo de ellos y de su valor es de lo que hablamos en el quinto episodio de nuestro podcast Metanoia. Si aun no lo has escuchado, te invito a hacerlo, creo que te va a gustar.
Un abrazo muy grande.
Antonio.
P.D. La newsletter de hoy la he escrito el Sábado en ka mañana… ahora escribo estas líneas a las 00:03 del Domingo, en unas horas la tendrás en tu buzón, pero no quería dejar de compartirte dos cosas pero no quería dejar de compartirte que hoy he estado viendo brillar a mi querida Sari Arponen en su charla TEDx Málaga… como siempre ver a Sari en acción es todo un privilegio.
También quería dar las gracias a la persona que me ha parado en la calle mientras volvía de la charla. Querido amigo, me has pillado un poco descolocado….no estoy acostumbrado… pero decirte que en vez de darnos la mano, te merecías un señor abrazo. Me ha hecho mucha ilusión tu muestra de cariño. Un abrazo gigante.
es curiosa esa historia del ahogado, que confía en su dios pero luego no está de acuerdo con lo que significa ser salvado. Su dios le agradece la devoción, le ofrece ayudas y, finalmente, se lo lleva a su lado; el hombre rechaza los bienes materiales., la barca el helicóptero pero luego reclama ... ¿Qué esperaba este hombre de su dios? Es una situación de incomprensión. A mi me pasa, que no se exactamente lo que quiero, de la vida por ejemplo.
empezar el lunes con esta reflexión es muy grato , "ABRAZOROMPEHUESOS Antonio desde Caracas Venezuela